Nuestro viaje comienza en el corazón de Nepal, donde las tradiciones centenarias del tejido de cachemira se fusionan con una artesanía inigualable. Cada uno de nuestros chales cuenta una historia que nace de la cachemira de las cabras montesas del Himalaya, procedente de las zonas más altas del mundo, donde se producen las fibras más finas y suaves.

Colaboramos directamente con maestros artesanos de Nepal que dedican hasta nueve meses a tejer y bordar a mano un solo chal. Estos hábiles artesanos, muchos de los cuales aprendieron su arte de generaciones anteriores, invierten su experiencia y herencia cultural en cada pieza que crean.

Nuestro compromiso va más allá de crear accesorios de lujo: preservamos una forma de arte ancestral. Cada chal representa el legado vivo de las tradiciones textiles de Nepal, combinando técnicas ancestrales con diseños que evocan la estética contemporánea. Al poseer una de nuestras piezas, no solo lleva un chal; lleva una pieza de historia cuidadosamente preservada, elaborada con paciencia, destreza y profundo respeto por la tradición.

Creemos en la calidad excepcional y en apoyar a las comunidades de artesanos que hacen posibles nuestras piezas. Cada chal lleva consigo la historia de sus creadores y su dedicación a la excelencia.